Ya es oficial. Andrés Manuel López Obrador ha sido declarado presidente electo. Por fin el tabasqueño consiguió alcanzar el sueño que por más de 18 años acarició. Su hazaña es un triunfo de la voluntad. Venció la adversidad y derrotó a sus adversarios. Y aunque mordió muchas veces el polvo, finalmente su perseverancia lo han premiado con el privilegio de ocupar Palacio Nacional y sentarse en la emblemática Silla del Águila. A partir del primero de diciembre despachará como jefe máximo de las instituciones del país.

Con su arribo a Los Pinos se cierra un ciclo de nuestra vida política e inicia una nueva época cargada de esperanzas. Son muchas las expectativas y compromisos por cumplir. No puede fallar. No se lo perdonarían millones de mexicanos que están confiando en su proyecto. La sociedad quiere un cambio radical y por eso le han dado tanto poder para que no tenga el pretexto de que no pudo o que se lo impidieron los de la “mafia del poder”.

Ahora viene lo bueno y a la vez lo más complicado: cumplirle a la sociedad.

Desde el  pasado miércoles 8 de agosto el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le entregó la constancia que lo declara legalmente el ganador de la contienda. Y aunque para muchos este fue un mero trámite para efectos legales, simbólicos y prácticos era necesario esperar que se anunciara que AMLO es el nuevo presidente de la república.

Al recibir su constancia de mayoría Andrés Manuel López Obrador reiteró su compromiso de encabezar un gobierno honrado y justo, acabar con la prepotencia, el influyentísimo, la deshonestidad y la ineficiencia,  la corrupción y a la impunidad.  Atajar la violencia atendiendo para ello las causas que la originan y reformular la política de seguridad, construir la reconciliación nacional con base en el bienestar y en la justicia.

“La gente votó para que exista en México un verdadero Estado de Derecho; el pueblo quiere legalidad, no la simulación que en la aplicación de la ley ha persistido desde el Porfiriato.

Los mexicanos votaron también para que se ponga fin a las imposiciones y los fraudes electorales. Quieren castigo por igual para políticos corruptos y para delincuentes comunes o de cuello blanco.

Que los encargados de impartir justicia no actúen por consigna y que tengan el arrojo de sentirse libres para aplicar sin cortapisas ni servilismos el principio de que al margen de la ley, nada, y por encima de la ley, nadie”.

“Actuaré con rectitud y con respeto a las potestades y la soberanía de los otros poderes legalmente constituidos.  El Ejecutivo no será más el poder de los poderes ni buscará someter a los otros. Cada quien actuará en el ámbito de su competencia y la suma de los trabajos respetuosos e independientes fortalecerá a la República y el Estado Democrático de Derecho. Ninguna tentación me quitará la autenticidad o desviará mí camino en la búsqueda del humanismo y la fraternidad.

Voy a cumplir todos los compromisos de campaña, no le voy a fallar a los ciudadanos y habré de ser fiel en todos mis actos al interés, la voluntad y el bienestar del único que manda en este país: el pueblo de México”.

Victoria indiscutible.

López Obrador gana la elección con el 53.19% de la votación, 30 millones, 113 mil votos. El PAN y sus aliados obtuvieron el 22.27%, 12 millones, 610 mil votos y el PRI y sus socios, 16.40%, 9 millones, 289 mil votos. El candidato independiente Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”, obtuvo 2 millones 961 mil 732 votos.

El triunfo del nuevo presidente de la república fue contundente. AMLO ganó la elección presidencial en 31 de las 32 entidades federativas, en 82% de las casillas, en 92% de los distritos y en el 80% de los municipios. Gana además cinco de las nueve gubernaturas que estuvieron en disputa y  tendrá mayoría en 19 congresos locales.

En la Cámara de Diputados el tabasqueño contará con el 61% de los diputados (189 de Morena, 61 del PT y 56 del partido Encuentro Social). La Coalición “Por México al Frente” formada por el PAN, MC y el PRD tendrá el 26% de los diputados (PAN 83, MC 27 y PRD 21). La otra coalición, “Todos por México” integrada por el PRI, Verde Ecologista y Nueva Alianza sumarán el 13% de los legisladores federales (El PRI 45 diputados, el Verde 16 y Nueva Alianza 2, este último está a punto de perder el registro como partido nacional).

En el Senado de la República López Obrador tendrá de su lado a 69 de los 128 senadores que integran la Cámara Alta, el 54% del total (55 de Morena, 8 del PES y 6 del PT). El PAN tendrá 23 senadores, PRD 8 y Movimiento Ciudadano 7, esto equivale al 30% del total. El PRI y sus aliados tendrán el 16% de los senadores (PRI 13, Verde Ecologista 7 y Nueva Alianza 1).

CARAS Y CARETAS.

No paran los desencuentros al interior de Morena en San Luis Potosí. Una vez más salen a relucir las marcadas diferencias que existen entre los grupos que integran a este partido. Los conflictos dejan ver las tóxicas ambiciones que fermentan en aquellos que quieren quedarse con la franquicia de esta organización.

A los líderes de Morena les encanta lavar la ropa sucia en público. Los ataques que protagonizan en los medios de comunicación los exhiben como políticos inmaduros y ambiciosos.

 

 

Atento aviso. A partir de este lunes 13 de agosto me voy de vacaciones. Regreso con mis artículos de opinión el 27 de este mes.