- Congreso derogó ilícito de Ultrajes a la Autoridad.
- Servidores públicos y agentes policiacos ¡Prepárense!.

El pleno del Poder Legislativo aprobó por unanimidad reformar el Código Penal del Estado de San Luis Potosí en su artículo 277, a fin de derogar el delito de ultrajes a la autoridad, por lo que ahora podrá mentarle la madre en su cara a un servidor público sin miedo a ser detenido por herir sus sentimientos.

El artículo 277 del Código decía que, "quien ejecute actos violentos o agresivos en contra de un servidor o funcionario público, o agente de la autoridad, en el acto de ejercer lícitamente sus funciones o con motivo de ellas, se le aplicará de uno a seis años de prisión, y sanción pecuniaria de cien a trescientas unidades de medida de actualización, además de la que le corresponda por el delito cometido".

La iniciativa fue presentada por José Mario de la Garza Marroquín, presidente de la Barra Mexicana de Abogados.

Ahora, ese delito queda anulado, pues hace días la Suprema Corte de Justicia de la Nación se pronunció respecto a la figura del delito de  "ultrajes a la autoridad" y respecto a la inconstitucionalidad de éste.

La Corte, consideró que este artículo violaba el principio de legalidad, pues “cualquier persona debe saber con certeza cuál conducta es prohibida y cuál la permitida, si la descripción tipifica que la conducta sólo se puede precisar después, mediante una interpretación, no se satisface la taxatividad”.

AHÍ VIENEN LAS MENTADAS

Sin embargo, la derogación del delito no gustó mucho al diputado del Partido Conciencia Popular Oscar Carlos Vera Fabregat, quien dijo: "ahora cualquiera podrá mentarnos la madre o hasta darnos un chingadazo y luego vemos qué pasa".

"Ya no existe sanción a las expresiones y agresiones que cualquier persona quiera vertir contra algún funcionario. Es parte de libertad de expresión, pero la libertad y la garantía de expresión tienen su límite en los derechos del tercero", acotó.

Mientras me mienten la madre y no me dé por enterado o me ría pues no pasa nada. Uno tiene experiencia y deja pasar las cosas, pero no todos tienen la paciencia, concluyó.